sábado, 30 de abril de 2011

La historia de las cosas: “¿de dónde vienen las cosas y a dónde van a parar?”

El vídeo que vimos en clase refleja la realidad que actualmente existe en nuestra sociedad y nos muestra, con ejemplos claros, que la mayor parte de las personas viven para consumir y para trabajar; y que trabajan y trabajan con el fin de poder seguir consumiendo más y más, de acumular cosas que enseguida se pasan de moda (obsolescencia percibida) o porque se rompen pronto y hay que comprar otras nuevas (obsolescencia programada) en vez de poder repararlas, como se hacía antes, cuando se valoraba el ahorro y el ingenio para crear objetos y saber arreglarlos. Aunque no queramos aceptarlo, vivimos en una sociedad consumista que tiene su origen después de la II Guerra Mundial, que es cuando se plantea el consumo como motor del sistema económico, ya que la producción de bienes de consumo permitirá el desarrollo de los países y la publicidad contribuirá a inducir al consumo, al crear la necesidad de los productos anunciados y al insistir en que seremos más felices si los consumimos.
Según un estudio reciente, se ha demostrado que, en la actualidad, somos menos felices que hace unos 50 años, ya que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo diario trabajando y, el tiempo restante, lo utilizamos para comprar y adquirir cualquier artículo. Esto significa que tenemos más cosas, pero cada vez menos tiempo para lo que realmente nos hace felices: estar con la familia, con los amigos, tener tiempo libre para realizar nuestros hobbies.
También nos pone como ejemplo que muchos gobiernos están más pendientes de las empresas que de las necesidades de los ciudadanos. Antes de las elecciones, los partidos que quieren llegar al poder, intentan convencer a los ciudadanos para que estos posteriormente los voten, prometiéndoles realizar ciertos cambios que beneficiarán su forma de vida (asfaltar carreteras, mejorar calles, arreglar parques...). Sin embargo, después de las elecciones se olvidan de todo lo prometido y actúan en beneficio de las empresas, que realmente son las tienen mucho poder.
El vídeo además cuenta cómo, en los últimos treinta años, los ciudadanos hemos ido consumiendo un tercio de los recursos que existen en la naturaleza, y que si la sociedad siguiera con este ritmo de consumo, los recursos naturales desaparecerían dentro de unos sesenta años. Con esto no solo se acabaría con la naturaleza del mundo, sino que las personas también correrían riesgos por la continua sobreexplotación de los recursos, los productos tóxicos que tienen los alimentos y los que hay en el aire, los contaminantes que se producen con la extracción de recursos y la producción de bienes de consumo.
He podido reflexionar sobre “¿cómo?” surgen los objetos y artículos que podemos adquirir en las tiendas, para que tengan un coste excesivamente bajo como los productos que proceden de los países asiáticos, como por ejemplo China. Pero, ¿por qué estos productos son tan baratos? La respuesta sería porque las personas que han fabricado dicho producto cobran un salario muy reducido. En esos países, son millones las personas que trabajan, sin importar la edad que tengan, con un salario mínimo, pero durante muchas horas. Estos trabajadores no tienen ningún contrato fijo ni tampoco seguridad social, ni prestaciones sociales, por lo que las empresas no pagan impuestos por el trabajo que realizan. Los gobiernos de esos países no hacen nada para que sus ciudadanos consigan un mejor sueldo o tengan la seguridad social que les corresponde. Se trata de una especie de “esclavitud del siglo XXI”, de una explotación laboral necesaria para que existan muchos productos de bajo coste en el mercado y para que otras personas puedan seguir comprándolos, como es el caso de los adolescentes: en la época en que vivimos, mucha gente no valora al resto por “no ir o vestir a la moda”, este es un ejemplo de por qué los adolescentes cambian tanto de gustos y hace que vayan constantemente de compras, ya que las modas cambian muy rápido...., para alegría de los establecimientos frecuentados por los adolescentes.
Es por todo esto que, deberíamos concienciarnos de que el mundo no puede seguir con este ritmo de vida y consumo; es necesario poner límites a la sobreexplotación de recursos naturales y a la producción de alimentos tóxicos; debemos de inventar nuevos recursos para dejar de explotar otros; pensar, cuando compramos un artículo barato, porqué lo que es y todo lo que hay detrás de éste para que tenga ese coste; debemos de comprar sólo la ropa necesaria y no cambiarla porque se haya pasado la moda; a la hora de votar a los políticos, debemos de hacerlo con cabeza porque estos serán los que gobiernen al pueblo, y no porque digan y prometan que cambiarán ciertas cosas y que lo harán cuando estén en el poder...
Conociendo el verdadero proceso de dónde vienen y a dónde van a parar las cosas (extracción, producción, distribución, consumo, basura), y con el esfuerzo y el convencimiento de todos, se puede cambiar esta sociedad consumista (donde sólo eres importante si tienes dinero y compras mucho) para hacerla más humana y sostenible.

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